Las montañas del sur de China y del norte de Myanmar esconden un secreto que ha estado oculto a occidente durante siglos y que muchos asociaban a la salud y longevidad de los habitantes de esta región.
Cuenta la leyenda que hacia el año 2750 antes de Cristo, el emperador Shen Nong estaba sentado bajo un árbol mientras su sirviente le preparaba una taza de agua hervida, al gusto del emperador. En ese momento, algunas hojas cayeron sobre la taza del emperador, tiñendo el agua todavía caliente y dándole un sabor especial que sorprendió al emperador. Reconocido por ser amante de las hierbas medicinales, Shen Nong estudió y reconoció las propiedades de la bebida que acababa de descubrir, que unidas a su agradable sabor, dieron origen a lo que hoy llamamos té.
Las propiedades secretas del té chino
El consumo del té data de siglos atrás y de su uso se han encontrado restos en tumbas de la dinastía Han (entre el siglo III AC y el siglo III), habiendo ya indicios de su popularidad durante la dinastía Tang (s VII-X). Durante siglos, el secretismo de la corte china mantuvo el secreto de la planta originaria a salvo durante años hasta que la globalización hizo el resto.
En el presente, ya conocemos el mayor de los secretos, que no es otro que su procedencia. Hoy sabemos que casi todas las variedades de té provienen de la planta originaria, la Camellia sinensis , originaria del sur de China y del norte de Myanmar principalmente..
A pesar de la globalidad y de la gran cantidad de información que tenemos, a menudo, cuando pensamos en el té, los asociamos automáticamente a las pequeñas bolsas blancas que contienen un polvo peculiar en su interior y que da un color especial al agua que bebemos, obviando su larga y apasionante historia, su proceso de creación y sus interminables variedades.
De hecho, el té que nos llega suele ser en general una mezcla compuesta por restos hojas de té que han sido tamizadas previamente para consumo interno en China.
El Té y la Medicina Tradicional China
La relación entre el té y la Medicina Tradicional China es tan cercana que muchas personas todavía hoy en China, consideran el té como una medicina y no una bebida. De ahí que el simple acto de beber una taza de té sea considerado casi como un ritual.
En general, y para ser precisos en el consumo del té y sus efectos, es necesario conocer el estado energético de cada persona. Esto nos permitirá conocer sus carencias y desequilibrios energéticos con el fin de poder ser tratados.
Como aspecto genérico, la Medicina China nos habla de 5 elementos
presentes en cada aspecto de nuestra vida, de cuyo equilibrio depende nuestra
salud y bienestar.
Variedades de té chino
Aunque a veces cuesta creerlo, todos los tés chinos provienen de la
misma planta de té, con excepción de los tés herbales y otras variedades más específicas. Cada variedad se obtendrá del tratamiento dado a la hoja y de su proceso de oxidación y envejecimiento.
Té verde: Se trata de una hoja de té que solamente se ha secado y tostado, sin proceso de fermentación. Esto hace que sea un té de sabor herbal, fresco, con algunos toques de tierra. Es un té que tiene la capacidad de refrescar y ayudar a la digestión, por lo que es ideal después de comer.
A esta variedad pertenecen los tés Sencha, Matcha, Lonjing, Maofeng,
Maocha o Dianshan Qing.
Té amarillo: se trata de un té muy similar al té verde, al que se le añade un periodo de almacenamiento en unas cajas especiales, que hacen que el té alcance un mínimo estado de fermentación y oxidación . Esto le da un sabor más dulce, que a veces suele tener toques florales. Es un té ideal para la sobremesa, con propiedades muy similares al té verde.
A esta variedad pertenecen los tés Huo Shan, Huang Ya, Yinzhen, Jun Shan Yizhen o Mo Gan Huang.
Té blanco: se trata del té más puro de todos, cuyo único tratamiento ha consistido en un secado al sol. Esto hace que su apariencia sea el de una hoja seca que da al agua un sabor dulce, delicado y suave. Es un té rico en antioxidantes y su pureza lo hace ideal para ser ingerido durante la mañana.
Esta variedad de tés proviene normalmente de la región de Fujian, en
China, a la que pertenecen los tés Silver Needle, White Peony o Moonlight
White.
Té Negro: es el té más comúnmente conocido en occidente, al que se suele denominar té rojo y con el que se preparan gran variedad de mezclas. Esta variedad se somete a un proceso completo de oxidación y fermentación, que le da ese sabor terral, robusto, con gran cuerpo y cierto toque de malta en algunos casos. Es un té con la capacidad de calentar el cuerpo, o que lo hace ideal para los días fríos de invierno. Es además un té bueno para el estómago e ideal para la media mañana y el mediodía, apto para tomar en ayunas.
A esta variedad pertenecen los famosos Lapsang, Keemun, Dianhong o Cong Gou, de China, Assam y Darjeeling, de India entre otros.
Té Puer: Partiendo del tratamiento de las hojas de té negro, éstas se suelen prensar y se almacenan en lugares espaciales durante años, para dar lugar a su envejecimiento, que lo convierte en una especie de “té reserva”, por el proceso similar al del envejecimiento del vino.
Su sabor es aún más robusto y fuerte que el té negro, con un sabor a tierra mucho más marcado. Suele ser un té muy relajante, que nos asienta y tranquiliza, ideal para tomar a media tarde. Tiene la misma capacidad del té negro para calentar nuestro cuerpo, lo que también lo convierte en ideal para combatir el frío del invierno.
A este tipo de té pertenecen las dos variedades esenciales de Puer, el Shen Cha (crudo y equivalente a un té verde) y el Shu Cha (oxidado).
Té Oolong: ocasionalmente llamado té azul, es una de las variedades más diversas de té, con un amplio abanico de sabores que lo convierten en un comodín para cualquier momento. Partiendo de un té verde que ha sido secado y tostado, se le añade un pequeño periodo de fermentación en el que se la añaden otras hierbas o flores que le dan sabor. El rango de fermentación puede ser el de un té verde (casi nulo) o el de un té negro (de hasta el 100%), lo que hace que esta variedad sea fácil de confundir con los anteriores.
Su sabor es suave y con un toque floral, con algo más de cuerpo que los tés anteriores. Su variedad es aplicable a su uso como si se tratase de un té verde o de un té negro.
Se trata de un tipo de té proveniente en su mayor parte de Fujian y Taiwan, con variedades como el Dahong Pao, Tie Guan Yin, Dancong Phoenix o Huangjin Gui.
El té y los 5 Elementos
Durante siglos el té ha sido considerado una medicina en lugar de una simple bebida. Como tal, el té presenta las propiedades energéticas de los 5 Elementos, con todo lo que ello conlleva. De esta manera, el té verde manifiesta las propiedades del Elemento Madera, el té negro las del elemento Fuego, el té Puer las del elemento Tierra, el té herbal las del elemento Metal y el té blanco las del elemento Agua.
Observando el ciclo de los 5 Elementos, sabemos de antemano que hay un
momento del día y una estación del año en la que predominan las energías de este elemento. Esto hace que, aparte de las propiedades de cada tipo de té, haya un momento del día y del año más idóneo para la ingesta de cada tipo de té.
Además de todo lo dicho y de las propiedades de sabor de cada té,
podremos utilizar el té como medicina para equilibrar deficiencias y excesos de las energías de cada uno de los 5 elementos, siguiendo los patrones del
diagrama del ciclo.
Un té para cada persona y cada momento del día
Aunque en general se conocen 4-5 variedades universales de té, dentro de ellas la subdivisión puede ser interminable. Cada una de estas variedades tiene sus propiedades energéticas
Esta cualidad energética de cada tipo de té, unida al momento en el que se consume, hace que se convierta en una medicina ideal para combatir determinadas patologías.
Según la tradición China, la mañana (7-11am) es el momento en el que los canales energéticos de estómago y bazo (elemento Tierra) están más activos. Una de las mejores maneras de cuidar nuestro equilibrio energético es mediante té negro o de la variedad Oolong, que aportarán el Yang (fuego) que necesita nuestro cuerpo en la mañana.
En las horas centrales (11am-3pm) es la hora del Yang en plenitud, momento en el que podemos seguir con el té negro o complementar nuestras energías mediante té verde (Madera) y cualquiera de las variedades de té con propiedades similares (oolong o té blanco), especialmente en el caso de comidas copiosas. Hay quien considera que el mejor té para después de comer es el Puer, que aporta la calma y serenidad para este momento del día.
En las horas tempranas de la tarde (3-7pm), llegan las horas Yin en
las que el cuerpo decrece la actividad. Es el momento de eliminar toxinas y
ayudar a nuestro riñón y vejiga a realizar sus funciones mediante tés herbales.
En la noche hemos de mantener el carácter Yin, además de evitar el
exceso de teína, por lo que los tés herbales son los más adecuados.
Un té para cada estación del año
Estudiar Fengshui nos ayuda a entender que nuestros cuerpos vibran con
cada estancia de nuestro hogar. Además, los cambios de energía hacen que lo
hagan de manera diferente en cada estación del año, dando lugar a posibles problemas
físicos y emocionales como consecuencia de la predominancia de uno de los 5 elementos.
En este sentido, cada tipo de té puede actuar como una medicina o un estímulo para reforzar nuestras energías en cada momento del año:.
Elemento Madera y primavera. Esta estación es el momento ideal en el año para equilibrar las energías del elemento madera, presentes en el té verde de manera natural. Un modo eficaz de nutrir las energías del elemento madera es mediante el té blanco (elemento Agua que nutre a la madera).
Si necesitamos controlar el exceso de las energías de la Madera en primavera, podemos usar las propiedades de los tés herbales (Metal) para ayudar a reequilibrar las energías.
Elemento Fuego y verano. El calor del verano manifiesta la predominancia del elemento Fuego, presente en los tés negros. Para alimentar las energías de esta estación se suelen usar variedades de té verde (elemento Madera que nutre al Fuego).
Un buen modo de controlar los excesos de la energía del elemento Fuego en nuestro cuerpo es mediante té Blanco (elemento Agua), que además nos proporciona una dosis extra de frescor y propiedades antioxidantes.
Elemento Tierra y final del verano. El final del verano es la estación de la tierra mojada y la humedad, propiedades que se materializan en los tés envejecidos (Puer). Un buen modo de contribuir a las energías del elemento Tierra de esta estación es nutriendo mediante tés negros (Fuego), que además darán un toque cálido a un ambiente que empieza a enfriarse. Los excesos de humedad del elemento Tierra tienen una buena solución en la ingesta de tés verdes, que contrarrestan el exceso de oxidación con su pureza.
Elemento Metal
y otoño. La caída de las hojas nos trae la sequedad y la llegada del frío del otoño. Un buen modo de contribuir a las energías del elemento Metal es mediante té Puer (Tierra que alimenta al Metal), que además ayudará a equilibrar la sequedad con su alto nivel de fermentación y oxidación.
Dado que es la primera estación en la que se manifiesta el frío,
Podemos controlar el exceso de Yin del Metal mediante tés negros, que
aportarán en Yang del Fuego necesario para alcanzar el equilibrio energético.
Elemento Agua e invierno. El invierno es la época de inactividad por excelencia, según la Medicina Tradicional China. Es por tanto, una época en los tés herbales (Metal) harán un buen aporte energético.
Para ayudar a equilibrar los posibles excesos de Yin en este periodo del año, el té Puer (Tierra) será un buen remedio, que a su vez nos ayudará a calentar y asentar el cuerpo a la luz de una chimenea.
La ceremonia del té
Beber té en China es considerado como un acto cercano a lo sagrado. Es común encontrar todavía lugares en las casas destinados de manera exclusiva a reuniones en torno al té.
La mera preparación de cada tipo de té lleva consigo un proceso único, orientado a “despertar” las capacidades y las propiedades de cada tipo de té. La temperatura, el tipo de agua, la velocidad a la que se arroja el agua, el tiempo de cocción de la hoja… todos son factores que determinarán la calidad de nuestra infusión.
Para los Confucionistas, el té es un elemento que simboliza la paz y
el acercamiento entre personas. Para los Taoístas, el té reúne las condiciones
del cielo y de la tierra, que ayudan a equilibrar nuestro cuerpo. Para los
Budistas, el té ayuda a abrir y calmar nuestra mente.
Cada vez que bebo té escucho lo que pide mi cuerpo. Durante la preparación, observo las hojas, como un testigo silencioso y delicada muestra de todo el proceso de recogida y elaboración que ha llevado desde el árbol hasta nuestra taza. En cada sorbo, imagino las estaciones, las lluvias, el sol, las tormentas y todos los procesos que las hojas de la Camellia sinensis han experimentado desde que era un simple plantón hasta cumplir la edad en la que sus hojas pueden ser recogidas para nuestro disfrute.
Juan Yruela Castillo
Arquitecto y experto en Fengshui
CEO y Fundador de Camino Holístico